Boda Ramon & Karol

La Boda de Ramón y Karol en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, seguida de la celebración en el elegante Hotel Bristol, fue un evento lleno de encanto y sofisticación. La ceremonia religiosa, rodeada de flores y marcada por momentos solemnes, unió a la pareja en un ambiente espiritual, mientras que la recepción en el Bristol ofreció una experiencia inolvidable con un banquete exquisito, decoraciones refinadas, y momentos llenos de emoción, como su primer baile y los brindis de sus seres queridos. Fue una celebración perfecta de amor, alegría y elegancia.

Preparativos

Los preparativos para la boda de Ramón y Karol en el Hotel Bristol estuvieron llenos de elegancia y cuidado en cada detalle. Karol se preparó en una suite lujosa, rodeada de su equipo de belleza y familiares cercanos, mientras lucía un vestido de novia espectacular. Ramón, en una habitación separada, disfrutaba de un ambiente relajado junto a amigos y familiares mientras se vestía con un elegante traje. El hotel, con su estilo sofisticado, sirvió como el escenario perfecto para capturar momentos íntimos en fotografías, creando la atmósfera ideal antes de la ceremonia en la iglesia.

Ceremonia

La ceremonia de la boda de Ramón y Karol en la Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe fue un evento lleno de solemnidad y emoción. La iglesia, con su atmósfera sagrada, ofreció un espacio íntimo y espiritual para el intercambio de votos. Karol hizo una entrada deslumbrante, caminando hacia el altar donde Ramón la esperaba, mientras los invitados contemplaban el momento con admiración. Al finalizar la ceremonia, una espectacular exhibición de volcanes fríos iluminó el entorno, seguida por un despliegue de fuegos artificiales que añadió un toque mágico y memorable al cierre del evento religioso.

Celebración

La celebración de la boda de Ramón y Karol en el Hotel Bristol fue un evento elegante y lleno de alegría. Los invitados fueron recibidos en un salón decorado con estilo sofisticado, donde disfrutaron de un exquisito banquete gourmet. Tras la cena, la pareja abrió la pista con su primer baile, marcado por la espectacular presencia de volcanes fríos y una lluvia de pétalos de rosas blancas que crearon un ambiente mágico. Con música, diversión y momentos de pura felicidad, la recepción fue una experiencia inolvidable, cerrando el día con alegría y emoción.

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